miércoles, mayo 06, 2009

CREER EN LAS HADAS



“Cuando un niño dice que no cree en las hadas, cae muerta una de ellas; por eso van quedando tan pocas”. James Barrie (autor de Peter Pan).


Así es como éste autor significa de alguna manera la casi inexistencia de éstos maravillosos seres que siempre nos han rodeado, dejando por sentado que cuanto más desbastado sea el ambiente, más lejos habitarán las Hadas.
Probablemente en algún frondoso y recóndito lugar virgen de nuestro planeta, puedan existir en mayor número. Como todos los Elementales, son seres mágicos que salvaguardan a la naturaleza toda, haciéndolo a su manera y desde otros planos de existencia.
Antiguamente, las Hadas eran muy conocidas, ya que se hablaba muchísimo de éstas bellas mujeres en largas leyendas de amor, contadas tanto por marineros como por leñadores y pescadores. Al transcurrir los años ha disminuido notablemente su presencia, debido al deterioro que estamos provocándole a nuestro medio ambiente.
La palabra “Hada”, se utiliza en todo el mundo como nombre genérico o sinónimo de cualquier otro elemental . En Francia e Inglaterra, las palabras Fée (hada) y Elf (elfo), se usan habitualmente definiendo a la “gente menuda”, de ahí que hablamos del “mundo feérico” o el “mundo élfico”.
Al igual que sus pares, los Gnomos, manejan la Ley de transmutación (el poder de cambiar de aspecto), mutando de animal a viento, a nubes o hasta incluso convertirse en pequeñas lucecitas de relámpagos de luz incandescente y colorida, que relucen por un instante.
Las Hadas, podrían definirse a sí mismas como las divinidades de la naturaleza femenina que representan a las fuerzas generadoras de la tierra, vinculadas con las más hermosas manifestaciones de la vida: las flores, los ríos, los fuentes, los bosques y los niños.
Como dividieron el trabajo, con los demás elementales, les corresponde a las hadas la custodia de diferentes tesoros:
* las hadas de los bosques: protegen a los animales y plantas, además del hombre ayudándolo desde sus principios en la evolución aquí en la tierra.
* las hadas de las fuentes: se establecieron cercas de los ríos , proveyendo así de agua a las tierras vecinas, favoreciendo de ésta manera la agricultura.
En cuanto a la clasificación de las Hadas, podemos encontrarlas “buenas” y “malas”; aunque ésta dualidad es relativa a algunos comportamientos en distintas circunstancias. Nunca desvirtúan su verdadera esencia que es la de conservar y proteger con los designios traídos por un Ser Superior (Dios.).
Por ejemplo: las Hadas malas, son aquellas que plantaron ortigas en los campos y son acompañadas por los cuervos y murciélagos, siendo así su presencia factor de contrariedades, inviernos crudos, cosechas infértiles, etc.
Las hadas que habitan en el agua también son clasificadas: En habitantes de agua dulce (Las Ninfas con cuerpos de mujeres normales) y las habitantes de agua salada (Las Sirenas, con cola de pez o patas de oca).
Les gusta danzar en ronda, tomadas de las manos, pero de espaldas. Son sumamente hermosas, dotadas de una delicadeza casi angelical y una voz encantadora. De largos cabellos, ojos cautivantes profundos de color verde esmeralda, seductores y en algunos casos con una estrella o cruz en su frente.
Las Hadas terrestres viven encima y debajo de la tierra, en las entradas de las cuevas y en pequeños escondites del bosque, mientras que las acuáticas habitan en las orillas de los ríos, dentro de las fuentes, etc.
Estas encantadoras mujeres que han acompañado desde siempre al hombre, tal vez volverían a acercarse si pudiésemos recuperar la inocencia de la niñez.

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